TEMBLOR

Sangre que mancha la nieve, dientes de arañan la piel. Una niña arrancada de un columpio, una manada de famélicos lobos y un atisbo de humanidad en unos profundos ojos amarillos.

Así empieza nuestra historia, con un recuerdo del pasado que Grace no ha podido olvidar...

No por el miedo, no por el frío, no por la sensación de los afilados colmillos en sus clavículas. No. Por él, su lobo, sus ojos. Él, que le salvó la vida. Él, que desde entonces, la observa desde las profundidades del bosque, con curiosidad, con anhelo.

Lobo y chica, chica y lobo. Pertenecen a mundos distintos e irreconciliables. Él es el invierno, indómito, salvaje, hechizante. Ella es el verano, dulce, valiente, hermosa.

Pero cada vez que sus miradas se cruzan, salta la chispa que puede cambiarlo todo, truncar las leyes de la naturaleza (o la sobrenaturaleza) y permitir que dos seres, ansiosos por completarse el uno al otro, puedan estar juntos. Aunque sea por un corto, muy corto, espacio de tiempo...